28.5.13

Daño.

Lo más jodido de hacer daño es cuando este se hace sin querer, cuando un error de calculo, la inseguridad o tu enorme bocaza, hace que una serie de acontecimientos se precipiten hacia un grupo de personas heridas que no deberían estarlo. El daño además, sobre todo el que llega sin intención y sin avisar, es el que más duele, ese dolor que no te esperas, que te cae encima de golpe como un piano.
El daño emocional además es incontrolable, cada persona es un mundo, todos sentimos las cosas de diferente manera, es verdad que lo que hoy duele quizá mañana parezca una tontería, pero mientras duele puede ser lo más importante del mundo.
El dolor no se puede racionalizar, el dolor te consume, se pasa, se puede procesar, pero el primer golpe, ese puñetazo en pleno estómago, ese dolor agudo que te deja sin aliento, te vuelve loco y derriba todo lo que creías que era sólido y estaba bien construido, eso no se puede esquivar.
Yo soy una persona bastante torpe, de palabra y de acción, voy como pollo sin cabeza y pese a que después, a toro pasado, le doy mil vueltas a todo, a veces se me escapa el dedo, la curiosidad o la inseguridad me pueden. Mala combinación.
Para mi es fácil sacudirme la mierda que me cae encima, supongo que he tragado mucha a lo largo de los años, pero ese primer impacto me tumba, me descoloca y una vez más mi parte emocional, aquella incontrolable que cree que el puto mundo se acaba cada vez que pasa algo, la que está ya tan acostumbrada a las malas noticias que no es capaz de dejarme frenar y pensar que no todo es tan malo, esa puta, toma el control, es ese momento en el que, por mi bien, debería irme a vivir al monte, sin wi-fi ni teléfono y cazar ciervos para vivir, o comer raíces o yo qué se.
Lo jodido de hacer daño, para mi, es que odio hacérselo a quién no se lo merece, odio ser el causante de una situación en la que algo bonito se puede estropear, tanto mío como de otra persona, eso me hace ponerme aun mas nervioso. Soy como un  niño que ha roto un jarrón y que quiere arreglarlo con pegamento, siempre me van a faltar trozos, siempre va a ser imposible que todo quede como antes y yo siempre me voy a negar a que eso pase y voy a intentar por todos los medios que todo vuelva a ser como antes, que todo acabe bien, que no haya pasado nada.
Si es verdad que lo que a veces parece un problema que puede estropearlo todo no lo es y aunque pueda parecer que todo se ha roto, el jarrón rebota en el suelo y vuelve a tus manos intacto, parece de película pero no lo es. ¿Quién no ha rescatado un vaso de cristal en el último momento?.
Lo que hoy parece el fin del mundo mañana puede ser una tontería, el rencor es algo absurdo que no debería guiarnos nunca, os lo dice alguien un rencoroso, no trae nada bueno.
A veces es posible que hagas daño a alguien que no conoces, un daño profundo que escapa a tu control, un daño que tú no puedes arreglar, en ese momento es cuando todo se vuelve aun mas molesto, mas jodido ¿qué puedes hacer?, nada, esperar.
Todos tenemos el poder de herir a los demás, un poder horrible que muchos ejercen por egoísmo y quiero pensar que la mayoría lo ejercemos por torpeza.
No es cierto eso de que sólo te hace daño quién puede.
Pero hacer daño a alguien a quien quieres, ese es el dolor más jodido, el que causas y el que sufres, ver decepcionada a una persona que confiaba en ti y sentirte idiota, ese momento es imborrable, si la persona te importa de verdad, ese momento es uno de los que quedan grabados en tu cabeza, una de esas piedras en las que intentaras no volver a tropezar, no todos los dichos son ciertos y no siempre se tropieza dos veces, pero hay que andar con cuidado y mirar al suelo de vez en cuando.
Porque no nos podemos permitir ir haciendo daño a aquellos que nos quieren y confían en nosotros porque el amor se pierde y la confianza también.

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